Tenemos en Orito, un paisaje maravilloso. Estamos rodeados de la exhuberancia forestal de la regiòn amazónica.
Salpicados por doquier, por la refrescante y deslumbrante abundancia de los espejos de agua, lagunas, rios, riachuelos, pantanos (chúquias) y quebradas.
Inundados por la incontrolable explosión de vida, manifiesta en todas las dimensiones de nuestro caleidoscópico entorno natural.
Vida exótica y efervecente, vida que nada y serpentea en las mágicas aguas que nos circundan; Vida que salta, que camina, que repta, que corre y brinca sobre la tierra de nuestros campos y en todos los rincones mismos de nuestro pueblo; Vida que vuela, que sube y que desciende, que pasa rauda entre vandadas o solitaria, sobre los arboles, desafiando al viento con sus colores iridiscentes, cerca a los cielos, bajo las nubes.
Y todo envuelto en la pureza del aire límpio que, acá. se respira todos los dias. Aire limpio reciclado desde siempre por la bondad de la ceiba giantesca, bajo el sol abrazador de las lluviosas mañanas ecuatoriales, o en las noches salpicadas de cosntelaciones y de la via làctea, para nuestro asombro y privilegio.
Asi es nuestro Orito.
Salpicados por doquier, por la refrescante y deslumbrante abundancia de los espejos de agua, lagunas, rios, riachuelos, pantanos (chúquias) y quebradas.
Inundados por la incontrolable explosión de vida, manifiesta en todas las dimensiones de nuestro caleidoscópico entorno natural.
Vida exótica y efervecente, vida que nada y serpentea en las mágicas aguas que nos circundan; Vida que salta, que camina, que repta, que corre y brinca sobre la tierra de nuestros campos y en todos los rincones mismos de nuestro pueblo; Vida que vuela, que sube y que desciende, que pasa rauda entre vandadas o solitaria, sobre los arboles, desafiando al viento con sus colores iridiscentes, cerca a los cielos, bajo las nubes.
Y todo envuelto en la pureza del aire límpio que, acá. se respira todos los dias. Aire limpio reciclado desde siempre por la bondad de la ceiba giantesca, bajo el sol abrazador de las lluviosas mañanas ecuatoriales, o en las noches salpicadas de cosntelaciones y de la via làctea, para nuestro asombro y privilegio.
Asi es nuestro Orito.
VAMOS EM FRENTE!
ResponderEliminarBueno, por hoy eso es todo. Mejorando
ResponderEliminarEstamos Mejorando dia a dia. . .Vamos bien
ResponderEliminarNo naci en putumayo pero soy orgullosamente oritense, esperen a que vean los paraisos naturales del rio viajando para las Veredas San Juan Vides y Portugal¡¡¡
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